Hablemos de Sexo, ya que está de moda


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Hablar de sexo hoy día, en algunos espacios, es como tener permiso para sacarse los calzones y tirarlos encima de la mesa en los encuentros familiares del domingo. Como un péndulo, nos movemos entre lo prohibido y lo desinhibido, porque es moda, resulta comercial, o porque podemos descubrir las entretelas sexuales de nuestros artistas favoritos. No me parece del todo mal, si de esta manera comenzamos a hablar de un tema que durante demasiado tiempo ha sido tabú, costándonos traumas e infecciones, al por mayor.

Soy padre-madre de adolescentes, a quienes siempre les digo que el sexo es maravilloso, y que puede ser una de las mejores experiencias de la vida. También, puede ser difícil y doloroso. Todo depende de cómo lo vivamos, sobre todo, con la responsabilidad y consciencia con la que queramos entrar en esta carretera.

Hace tres años que estoy desarrollando una ruta, en la que compartimos una serie de aciertos y desaciertos relacionados con este tema, ha sido la tónica. Basados en estudios oficiales, no oficiales y, sobre todo, experiencias personales llenas de sabores y sin sabores. Dentro de los que rescato la importancia de aprender quienes somos, sobre el derecho a equivocarse, el deber de no juzgarse y la imperativa necesidad de amarse a sí mismo.

¡Hablemos! ¡Sí, por todos los dioses hablemos de sexualidad y sexo!, hablemos de posturas, prácticas sexuales, puntos de excitación, técnicas y orgasmos. También hablemos de las emociones que provocan los encuentros sexuales con otros, y con uno mismo. Las emociones que provocan los cuerpos propios y ajenos, las emociones de los genitales, saber qué nos gusta. Hablemos de lo que pensamos en torno al sexo. Hablemos de las expectativas que tenemos en nuestras relaciones. Hablemos de frustraciones, motivaciones y deseos. Hablemos de placer. Del propio placer.

Lo que nos ocupa en esta Ruta es la sexualidad saludable, desde lo que ocurre dentro de nosotros y la comunicación con el otro, como un sujeto sintiente.

Queremos hablar con una voz: empoderada, amorosa, respetuosa y responsable con el otro, de la misma manera que con uno mismo.

Vamos a hablar de sexo, ojalá sea una ola que despierte nuevas olas, preguntas y respuestas, inquietudes y reflexiones, en todos.

Ya veremos la honestidad de las intenciones y la responsabilidad de quienes lanzan sus calzones al viento.

Taty Méndez


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